¿Traidores o idiotas?
Mi respuesta a quienes me preguntan si en Venezuela hubo o no fraude electoral: prefiero dedicarme a hacer análisis políticos y no a certificar procesos electorales.
Pero si no queda más remedio que debatir
sobre el tema, tendría que decir que el primer gran fraude electoral consiste
en someter durante años a un pueblo entero a una férrea e implacable guerra económica,
con el objetivo de inclinarlo hacia una posición política determinada, siempre
favorable a los intereses imperiales y hegemónicos de la superpotencia que
implementa esa guerra económica. Cualquier proceso electoral desarrollado en
esas condiciones nunca será plenamente libre ni justo.
Por otro lado, hablando con toda franqueza
sobre mi posición personal con respecto a la situación en Venezuela, mi principal
preocupación no es si hubo fraude o no, sino cómo quedaremos los cubanos que vivimos
en Cuba según evolucione el conflicto en una dirección u otra.
Desde esta perspectiva, pienso que
cualquier cubano -esté donde esté- que de un modo u otro apoye o se solidarice
con María Corina y sus huestes neofascistas es o un traidor a su propio pueblo
o un perfecto idiota manipulable. Aunque me esfuerce, no consigo ver otra
posibilidad y no estoy totalmente seguro de cuál condición podría considerarse
como peor, aunque yo prefiero quedarme con los idiotas. Algunos de ellos,
eventualmente, podrían ser salvables, después de recibir un prologado
tratamiento con altas dosis de cultura política e información objetiva y de
calidad.
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