Obama en la ONU


Debajo podrán leer el discurso pronunciado por Obama en la Asamblea General de La ONU. Creo que vale la pena comentar algunos puntos:
1) Ni la más mínima referencia a América Latina y el Caribe, como suele suceder. Eso siempre es una buena noticia, pero no debemos hacernos muchas ilusiones. Como hace años advirtió el brasileño Samuel Pinheiro Guimarães, “esa ausencia de mención no significa que en Washington  no se siga con especial cuidado la evolución política en América Latina” (Samuel Pinheiro Guimarães. Quinhentos anos de periferia. UFRGS/Contraponto, Porto Alegre/Rio de Janeiro, 2002, p. 99). De hecho, me atrevería a asegurar que mientras Obama sermoneaba a los representantes de 193 países en Nueva York, había mucha gente ocupada moviendo todos los hilos disponibles a lo largo del eje Caracas, Brasilia y Buenos Aires, que tan fundamental ha sido en los cambios ocurridos en nuestra región durante los últimos años. Hay otros lugares donde parecería que no tienen mucho que hacer por estos días, como en Bolivia y, sin embargo, persisten en satanizar la profunda revolución democrática y cultural encabezada por Evo Morales, esperando tiempos mejores.
2) Una retórica anti rusa que recuerda los tiempos de la Guerra Fría. No obstante, en otro pasaje del discurso, más adelante, Obama deja una puerta abierta, por si los rusos deciden portarse bien nuevamente.
3) El contenido del discurso refleja esencialmente el pensamiento de los sectores neoconservadores y liberales-intervencionistas que, en una especie de alianza tácita, desde hace años han prevalecido en la conducción de la política exterior estadounidense. Hace tan solo unos meses, con su discurso en West Point, Obama parecía anunciar un cambio hacia una visión más realista. Nada de eso, si nos guiamos por los últimos acontecimientos y el tono tan ideologizado y misionero de este discurso.
4) A pesar del elemento anterior, hay que reconocer que los que trabajaron en el texto tuvieron cierta delicadeza y tacto con respecto al público receptor. Las referencias al “liderazgo estadounidense” (eufemismo para evitar los términos “dominación” o “hegemonía”), tan reiteradas en cualquier documento oficial norteamericano sobre política exterior, están ausentes en esta ocasión. La expresión de moda ahora parece ser “broad coalition”.
5) Lo único positivo del discurso: la frase de Eleanor Roosevelt utilizada en el penúltimo párrafo. Excelente definición de los derechos humanos.
6) La frase que ha hecho titulares (the future belongs to those who build – not those who destroy) hace recordar a una muy conocida de José Martí. Tengo entendido que Obama es una persona preparada y culta. ¿Lo estará leyendo, aunque sea en inglés?
Los dejo con el discurso. No puedo decir que se trate precisamente de una lectura agradable, pero siempre es un esfuerzo necesario.

Roberto M. Yepe
Centro de Estudios Hemisféricos
y sobre Estados Unidos (CEHSEU)
Universidad de La Habana



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