El poder y la política con la mirada de Carlos María Vilas
El poder y la política con la mirada de
Carlos María Vilas[1]
Roberto
M. Yepe Papastamatin
Centro
de Estudios Hemisféricos y sobre los Estados Unidos
Universidad
de La Habana
Esta
es una ocasión muy especial para todos los interesados en la teoría y la práctica
políticas y en los temas asociados al ejercicio del poder. Estoy convencido de
que el libro que presentamos hoy “El poder y la política. El contrapunto entre
razón y pasiones.” figura ya como una referencia obligada y fundamental en
estas materias.
Su
autor, Carlos María Vilas, es Profesor Honorario de la Universidad Nacional de
Lanús, Argentina, donde dirige la Maestría en Políticas Públicas y Gobierno y
la Revista Perspectivas de Políticas Públicas. También es docente de posgrado
en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Su carrera académica se extiende
a lo largo de casi cincuenta años, en universidades e institutos de enseñanza e
investigación superior de América Latina y el Caribe, Estados Unidos, Europa y
Asia-Pacífico. Sus investigaciones y producción bibliográfica cubren un amplio
campo en teoría y sociología política y del estado, análisis de políticas
públicas, procesos de cambio político y desarrollo, dinámica política en
sociedades multiétnicas y la sociología política de las revoluciones.
Es
autor y coautor de 24 libros publicados
y de más de 250 artículos en revistas académicas y profesionales. Dos de sus
libros figuran en la lista de obras secuestradas y destruidas por la dictadura
de 1976-1983. Entre muchos otros reconocimientos, su libro “Perfiles de la
Revolución Sandinista” recibió el Premio Casa de las Américas (1984).
Vilas
ha conjugado está rica trayectoria académica e investigativa con la práctica
política y el desempeño de responsabilidades en la gestión gubernamental en su
país. Previamente, durante toda la década de los ochenta se desempeñó como asesor del gobierno sandinista
en Nicaragua.
De
esta manera, puede afirmarse que Carlos Vilas ha sido tanto un observador como
un actor del fenómeno político. Este conocimiento desde dentro se evidencia a
lo largo de “El poder y la política” y le concede a su autor una indudable
autoridad. De hecho, uno de los propósitos explícitos de esta obra es contribuir
a cerrar la brecha entre la teoría y la realidad del fenómeno político, lo cual
ha sido, en mi opinión, plenamente logrado.
Vilas
consigue desarrollar una temática tan compleja en un texto con un alto rigor
teórico y que a la vez es de agradable lectura, y que puede resultar de gran
utilidad tanto para el estudiante universitario como para los más eruditos
estudiosos e investigadores de la ciencia política. Por él desfilan las
principales figuras del pensamiento político, como Platón, Aristóteles,
Spinoza, Maquiavelo, Hobbes, Spinoza, Locke, Hegel, Marx y Mariátegui, entre
otros, pero no como pensadores sagrados o intocables, sino que, como ha dicho
el propio autor, son tratados con una sana irreverencia, lo cual significa
respeto y seriedad, pero también tener en cuenta las circunstancias y los
escenarios en los cuales desarrollaron sus perspectivas y sus reflexiones,
haciéndolos así más cercanos y comprensibles para el lector.
El
poder y la política son los ejes temáticos que recorren toda la obra. El autor
evita definiciones absolutas e introduce siempre los matices y las acotaciones
necesarias, apoyándose en referencias que evidencian un amplísimo conocimiento
sobre las experiencias y procesos políticos reales en diferentes momentos
históricos y en las más diversas latitudes geográficas. Cuestiones como la
naturaleza del poder; los medios y herramientas para su ejercicio; los respectivos
esfuerzos para expandirlo y contenerlo; la tensión entre el poder y el derecho;
la comprensión de la política como práctica de la organización y la conducción
de la sociedad en función de determinados fines, y que implica algún tipo de
combinación de la lucha entre adversarios y de procesos deliberativos entre
iguales –negando así las respectivas visiones teóricas absolutas y excluyentes
con relación a ambos aspectos-; los procesos de construcción del adversario
político; la dimensión temporal de la acción política, es decir, el
reconocimiento de la existencia de una política del tiempo y un tiempo de la
política cuyos manejos pueden decidir su éxito o fracaso; así como la
racionalidad propia o peculiar de la política y su combinación con factores emocionales
e incluso irracionales; conforman el interesante conjunto temático del
libro.
En
varios momentos del texto, el autor realiza breves pero agudas incursiones en
el campo de la política internacional. Como estudioso de esta materia, quedé
con deseos de mayores elaboraciones, pero entiendo perfectamente que ese no era
el objeto de este volumen.
El
plan original de la obra sí incluía una sección dedicada al Estado pero, por
diversas razones, Vilas decidió dejar este tema para un texto posterior.
Quedamos entonces esperando que cumpla esta promesa.
Estamos
en presencia de un libro que contribuye significativamente a la comprensión de
la política tal cual es pero que, distanciándose del pesimismo antropológico y
de las visiones cínicas que quizás con cierta injusticia se le atribuyen al
realismo político, Vilas nos trae aquí una perspectiva razonablemente optimista
sobre la posibilidades de la política como herramienta de construcción y
transformación en un sentido progresivamente emancipador del ser humano, aunque
con plena conciencia de que la política también históricamente ha servido y sirve
a las peores causas, y que se trata de un fenómeno sujeto a ciclos de avances y
retrocesos.
Dicha
visión optimista debe resultar particularmente estimulante para los más
jóvenes, sobre quienes pesa la principal responsabilidad por las profundas
transformaciones sociales que reclama un mundo que agonizará inexorablemente si
no se logran imponer, precisamente mediante la lucha política a nivel global, nuevos
patrones de reproducción económica ecológicamente sostenibles y una ampliación
y radicalización de la democracia participativa.
A
nivel mundial, la calidad del liderazgo político de los principales centros de
poder muestra un panorama desolador desde hace varios años. Al margen de sus
respectivas preferencias políticas e ideológicas, cabría preguntarse dónde
están los Franklin Delano Roosevelt, los Churchill o los De Gaulle de hoy.
Frente a esta situación a nivel general, nuestra región de América Latina y el
Caribe, que ha tenido a Lázaro Cárdenas, a Perón, a Fidel, al Che y a Allende,
puede enorgullecerse por haber tenido en años recientes –después de la oscura
noche neoliberal con su larga lista de presidentes hoy impresentables y en
varios casos verdaderos delincuentes- a
líderes políticos y estadistas de la talla de Hugo Chávez, Néstor Kirchner y
Cristina Fernández, Luiz Inácio Lula da Silva, Evo Morales y Rafael Correa, que
han sabido conducir procesos con una amplia participación popular para la
recuperación de la dignidad, los recursos estratégicos y la independencia
política de sus respectivas naciones. Es esa participación popular la que nos
brinda confianza en la continuidad de estos procesos y en una creciente unidad
de Nuestra América, trascendiendo a los respectivos líderes políticos
necesariamente coyunturales, y frente a la sostenida reacción imperialista y
oligárquica.
Creo
que de eso se trata la recuperación de la
política de la que nos habla Carlos Vilas al introducirnos en su texto. Y
ello también es muy relevante para un país como Cuba, en pleno proceso de
transformación para enfrentar nuestros problemas y los importantes desafíos que
plantea el futuro inmediato.
Por todo
eso debemos agradecer a Vilas por su excelente texto y también les agradezco a
ustedes su presencia.
[1] Presentación del libro de Carlos
María Vilas “El poder y la política. El contrapunto entre razón y pasiones”
(Editorial Biblos, Buenos Aires, 2013), realizada en la Casa de las Américas,
La Habana, 19 de febrero de 2014.
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